Codrington, Stephen. Planet Geography 3rd Edition (2005)
El comercio de maderas tropicales amenaza a las comunidades indígenas tanto como a la selva.
Madereros ilegales destruyen los bosques alrededor de las aldeas de unas poblaciones que han vivido allí de forma sustentable durante siglos.
Niña Ashaninka en la aldea Apiwtxa, en el estado de Acre, Brasil. © Pedro França/MinC
Tribus como los Asháninka ven desaparecer su tierra bajo amenazas de muerte. Varios hombres han sido asesinados a balazos y abandonados en la selva. Su delito: defender su lugar de origen, de vida. Sus viudas denuncian los crímenes contra sus compañeros y contra el medio ambiente, y prometen continuar el trabajo de sus maridos, aunque las autoridades gubernamentales no escuchan.
El 30 de septiembre de 2014, Edwin Chota y otros tres líderes Ashaninka fueron asesinados a tiros mientras defendían sus bosques. El cineasta Paul Redman quiso homenajear su labor filmando este pequeño documental:
La tendencia de la tala, de las prospecciones petrolíferas y de la minería del oro parece estar en alza en la Amazonia, desde Perú hasta Brasil. La tasa de desforestación se disparó el año pasado en más de un 25%. China es uno de los mercados que demanda grandes cantidades de madera dura tropical de estas regiones, cuyo precio se ha duplicado en los últimos diez años. Sin embargo, más de un tercio de la madera talada de forma ilegal en Perú se ha exportado a Estados Unidos.
Tribu aislada en el estado brasileño de Acre. – Gleilson Miranda / Gobierno de Acre
La tala ilegal, además de dañar el medio ambiente y destruir los bosques de la selva amazónica, genera violencia hacia las poblaciones indígenas que han vivido siempre en esas tierras y que quedan desprotegidas ante las amenazas de las grandes corporativas madereras, la corrupción política y la pasividad gubernamental. A esto sumémosle la cada vez mayor implicación de redes criminales que hacen trabajos sucios para estas empresas. El panorama no pinta muy halagüeño. Más de 900 cadáveres de activistas que luchaban contra la tala ilegal de los bosques han sido hallados entre 2002 y 2013, tirados en las selvas de Asia y América del Sur.
La degradación de los bosques y la destrucción de estos valiosos ecosistemas es alarmante. La desaparición de bosques de cedro y caoba debilita las cuencas hidrográficas, altera los patrones climáticos locales y los hace menos resistentes a la lluvia ácida en su adaptación al cambio climático.
Por otra parte, la degradación puede tener efectos dramáticos para las comunidades que habitan allí. La tala ilegal abre el camino a las grandes manufacturas de las industrias extractivas y la agricultura intensiva, y a la construcción de infraestructuras como carreteras.
Ni siquiera la madera comercializada con sellos FSC, que tan solo representa un pequeño porcentaje del mercado, garantiza su legalidad y asegura su credibilidad al 100%, pues la corrupción dificulta la verificación de los certificados y no impedirá que se sigan destruyendo bosques por el proceso de tala selectiva.
Puesto que la corrupción es difícil de erradicar, los gobiernos tendrán que implicarse más por ampliar el número de áreas protegidas y perseguir con mayor dureza la tala ilegal y el crimen forestal, sin olvidarse de establecer sanciones ejemplares a las empresas que blanquean la madera ilegal.
© M. Portos